sábado, 12 de marzo de 2011

El Valor del NO


NO, es una palabra "fea". creo que esta etiquetada como las palabras que no se deberían usar en nuestros diccionarios. NO.

Hiere nuestros sentimientos, parece que atenta contra el ser humano. NO, no hagas esto, no hagas aquello, no toques, no huelas, no comas. Definitivamente es una palabra que desgasta el potencial del descubrimiento por parte de la persona que tiene que ejecutar el NO (o mejor dicho el o la que no tiene que ejecutar la acción que el NO impide realizar).

En lugar del NO típico, fuera de foco, rotundamente inhumano, se usan otras expresiones más psicológicamente adecuadas. "piensa en los resultados que tu acción logrará", "cuida tu integridad y el de los otros", "¿estás seguro de aquello?, etc, etc.

Como educador he visto que cuando los niños, niñas y adolescentes carecen de un NO rotundo plasmado y entendido totalmente su memoria semantica a largo plazo, hay problemas de adapttación al medio, educativos, sentimentales etc. Entre ellos podría citar que:

No saben cuando parar determinadas conductas, sean positivas o negativas; no tienen idea de los límites, tambpoco entienden bien los conceptos de "de lo que es mío" y "tuyo", realizan acciones que pueden causar dolor y molestia a sus compañeros. No saben cuando iniciar algo y terminarlo, no pueden entender la dimensión del respeto, el esfuerzo y el momento adecuado para tal o cual actividad.

Cuando nunca usamos NO, tendremos problemas con nuestros hijos. Es preferible enseñarle un no rotundo a un si cuestionable o un "a lo mejor", "veremos" términos ambiguos por demás no inteligentes que tarde o temprano haran estragos en la personalidad de nuestros hijos, ellos también serán ambiguos.

La experiencia demuestra que saber la significancia de un NO permite que, como peatones, crucemos por las esquinas las calles, que no arrojemos basura en nuestras ciudades, que no aceleremos cuando la luz este amarilla, que lleguemos cinco minutos antes a nuestros trabajos, y que los viernes trabajemos como si fuera el primer día de la semana, que seamos fieles a nuestros esposos y esposas, que no comamos lo que nos afecte a nuestra salud, que no suframos de depresión porque me dijeron NO cuando buscaba un trabajo, un puesto más remunerativo en la empresa, un prestamo, o cuando le diga a una amiga que sea su novia y ella diga NO. Nuestros hijos e hijas novan a suicidarse cuando escuchen un NO.

Los padres tenemos el deber de enseñar el valor del NO, esta palabra no va a matarlos, los va a ser fuertes para su dificil madurez y para el contexto mundial en que van a vivir su adultez.